martes, 11 de marzo de 2014

Charlie, 10 años

Hace 10 años, más o menos a estas horas, me estaba preparando también para ir al trabajo...

Ese día, por circunstancias y por pura casualidad, fui en coche por primera vez después de varios meses trabajando en el mismo sitio. Así que no cogí el Cercanías, como todos los días a esas horas, para ir de Coslada a Recoletos. De hecho, me enteré de las noticias por la radio, mientras iba conduciendo.

Lo más probable es que no hubiese cogido ninguno de los trenes o, en caso de que sí, que no me montase en el vagón inadecuado y entonces no me hubiese pasado nada grave. O tal vez sí. Quién sabe. Sin más. Tuve suerte y no me tocó. Para mí ya no es más que casi una anécdota.

Otros, sin embargo, sí estuvieron en los trenes o las estaciones. Todos supimos en las horas y días siguientes de familiares, amigos o conocidos que llegaron a estar salpicados de un modo u otro por los atentados. Afortunadamente, la mayoría, aliviados, podían contar cómo salieron de aquella.

Pero algunos no tuvieron la misma suerte y se vieron afectados directamente. De entre ellos, casi 200 personas corrieron la peor suerte de todas. Iban a trabajar o a estudiar o a hacer lo que quisieran hacer con sus vidas y les tocó. De lleno. Como a Charlie:
http://elpais.com/especiales/2014/aniversario-11-m/vidas-rotas/pag_092.html

Y todos sus planes, aquello en lo que pensaban, se paró.

Por eso, y aunque yo mismo no lo consigo siempre porque las minucias cotidianas te acaban atrapando, creo que hay que afrontar cada día con una sonrisa, con buen humor y hay que intentar disfrutarlo a tope. No merece la pena tomarse nada demasiado a pecho o demasiado en serio.

Así que hoy sonríe y trata de tener un día fantástico...